Algunos destinos turísticos reciben todo el amor del mundo. Demasiado, quizá, porque el turismo masivo crea problemas en ciudades y países populares. Mientras tanto, otros lugares pasan desapercibidos a pesar de la abundancia de belleza natural, cultura o historia, ya sea porque es difícil llegar a ellos o porque simplemente no están en la lista de deseos de muchos viajeros. Los últimos datos de Turismo de la ONU, basados en las cifras de visitantes de 2022, han revelado algunos de los países menos queridos del mundo, ofreciendo a los viajeros intrépidos una nueva inspiración para sus viajes. Eso sí, es importante que antes de plantearte un viaje a un nuevo destino consultes las guías de viaje y recomendaciones gubernamentales.
Sigue leyendo para descubrir nuestro recuento de algunos de los países menos visitados del mundo…
Guyana ha sido durante mucho tiempo el país menos visitado de Sudamérica, con una población de solo 818.000 habitantes, pocos vuelos para llegar y una densa selva amazónica que dificulta su exploración incluso después de llegar. Pero, esto parece que va a cambiar, ya que más aerolíneas – entre ellas British Airways desde Londres; American Airlines desde Miami y Nueva York; y United Airlines desde Houston han empezado a volar a la capital, Georgetown, en los últimos años. Tanto es así que 2023 fue su mejor año de visitantes, con algo más de 319.000 personas que llegaron a sus costas.
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Que no te engañe su mala famaAlgunos destinos turísticos reciben todo el amor del mundo. Demasiado, quizá, porque el turismo masivo crea problemas en ciudades y países populares. Mientras tanto, otros lugares pasan desapercibidos a pesar de la abundancia de belleza natural, cultura o historia, ya sea porque es difícil llegar a ellos o porque simplemente no están en la lista de deseos de muchos viajeros. Los últimos datos de Turismo de la ONU, basados en las cifras de visitantes de 2022, han revelado algunos de los países menos queridos del mundo, ofreciendo a los viajeros intrépidos una nueva inspiración para sus viajes. Eso sí, es importante que antes de plantearte un viaje a un nuevo destino consultes las guías de viaje y recomendaciones gubernamentales.Sigue leyendo para descubrir nuestro recuento de algunos de los países menos visitados del mundo…GuyanaGuyana ha sido durante mucho tiempo el país menos visitado de Sudamérica, con una población de solo 818.000 habitantes, pocos vuelos para llegar y una densa selva amazónica que dificulta su exploración incluso después de llegar. Pero, esto parece que va a cambiar, ya que más aerolíneas – entre ellas British Airways desde Londres; American Airlines desde Miami y Nueva York; y United Airlines desde Houston han empezado a volar a la capital, Georgetown, en los últimos años. Tanto es así que 2023 fue su mejor año de visitantes, con algo más de 319.000 personas que llegaron a sus costas.GuyanaLa mezcla única de cultura caribeña, arquitectura colonial y diversidad de flora y fauna distingue al país de cualquier otra nación sudamericana. Su atracción más conocida son las cataratas Kaieteur, la mayor caída de agua del mundo, y un buen lugar para avistar especies de aves endémicas, como el característico gallo de las rocas guayanés (en la foto). Georgetown también tiene su mérito, ya que aúna la historia británica y holandesa con un toque moderno de influencia caribeña.DjiboutiEste país del Cuerno de África, a menudo olvidado, apenas figura en el radar de los aficionados más entregados al continente africano, pero, sin duda alguna, merece ser más conocido. Pocos lugares pueden presumir de ofrecer paisajes tan variados, desde lagos de cráteres volcánicos y vastos y escarpados cañones hasta burbujeantes aguas termales y chimeneas de roca caliza que salpican llanuras desoladas y de otro mundo, suficientes para atraer a unos 145.000 viajeros en 2022.DjiboutiLos colones franceses fundaron la ciudad de Yibuti en 1888. Hoy en día es una capital vibrante y multicultural que muestra la mezcla de influencias africanas, árabes y asiáticas del país. Pero son los paisajes de Yibuti los que realmente destacan, como el salado lago Assal (en la foto), el punto más bajo de África y rodeado por la sombra de volcanes, y las llanuras de otro mundo del lago Abbe. Las recomendaciones de viaje aconsejan evitar la zona fronteriza con Eritrea y mantenerse alerta ante las amenazas de la delincuencia y el terrorismo cuando se viaja por Yibuti.Islas CookEste grupo de 15 islas polinesias es lo más parecido al paraíso, con mares turquesas y costas de arena blanca rodeadas de exuberantes interiores tropicales, y donde ningún hotel supera la altura del cocotero más alto. Tiene el mismo huso horario que Hawái y vínculos políticos con Nueva Zelanda, además de con otros países del Pacífico Sur. Unos 121.000 visitantes aterrizaron aquí en 2022, una cifra impresionante si se tiene en cuenta que la población de las islas es de solo 20.200 habitantes.Islas CookRarotonga es la isla más grande del archipiélago, donde se encuentra su único aeropuerto y los picos más altos, como Te Rua Manga (en la foto). En esta isla no hay semáforos, aunque es fácil desplazarse, ya que solo hay una carretera de circunvalación y dos rutas de autobús: en el sentido de las agujas del reloj y en sentido contrario. Al igual que en la cercana Aitutaki, el alojamiento se encuentra a orillas del agua, con excursiones en barco, pesca y submarinismo en el agua, o senderismo, quads y ciclismo en el interior, además de festivales culturales como el Te Maeva Nui Festival, que celebra la independencia de las islas.Burkina FasoBurkina Faso, una pequeña nación sin salida al mar, atrajo a 116.000 visitantes en 2022, aunque el Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de España recomienda a los turistas que eviten el país debido a la inestabilidad política y al riesgo de secuestros. La antigua colonia francesa es conocida por exportar oro y algodón, que constituyen la mayor parte de su economía.Burkina FasoEste país de África occidental obtuvo la independencia en 1960 y entonces se conocía como Alto Volta, pero en 1984 cambió su nombre por el de Burkina Faso, que significa «tierra de gente honrada». Alberga numerosos lugares de interés cultural, como la Gran Mezquita de Bobo-Dioulasso (en la foto), una impresionante estructura de barro encalado con troncos que sobresalen en ángulo, y las ruinas de Loropéni, el primer lugar del país declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.LiechtensteinAunque pueda parecer sorprendente ver a un país europeo en la lista de los menos visitados del mundo, el pequeño principado de Liechtenstein merece un puesto, ya que en 2022 solo recibió 101.000 turistas, lo que supone una mejora con respecto a años anteriores. Liechtenstein, de 161 km2, es uno de los dos únicos países del mundo sin salida al mar (el otro es Uzbekistán).LiechtensteinCastillos de cuento de hadas y paisajes cautivadores son los principales atractivos del pequeño Liechtenstein. La capital está vigilada por el Schloss Vaduz (en la foto), de 700 años de antigüedad, construido en su día como fortaleza para defender la ciudad y hoy residencia oficial del príncipe. Fuera de Vaduz, todo es senderismo. Hay más de 30 senderos que atraviesan las montañas y permiten contemplar en primera fila impresionantes paisajes y lagos resplandecientes.Papúa Nueva GuineaEsta nación del Pacífico constituye la mitad oriental de la isla de Nueva Guinea – la segunda isla más grande del mundo, compartida con los estados indonesios de Papúa y Papúa Occidental junto con 600 islas mar adentro. Su remota ubicación y su terreno escarpado y selvático han atraído durante mucho tiempo a intrépidos exploradores, aunque solo 69.000 visitantes llegaron hasta estas islas en 2022. Conviene consultar las últimas advertencias de viaje antes de aventurarse demasiado lejos de los caminos trillados, ya que algunas zonas están vedadas a los turistas.Papúa Nueva GuineaPuede que ahora sea una sola nación, pero las islas de Papúa Nueva Guinea están formadas por cientos de comunidades, culturas y costumbres distintas. En todo el país se hablan más de 800 lenguas, y entre los principales acontecimientos culturales destacan el Festival del Cocodrilo de Sepik (en la foto), que rinde tributo a los cocodrilos de agua dulce y salada que recorren estas aguas; y el Festival Cultural de Enga, que pretende preservar el poco conocido modo de vida de los Enga. No se pierda la fauna, con 38 especies de aves del paraíso y el loro más pequeño del mundo.VanuatuEste archipiélago de islas en forma de Y del Pacífico Sur nunca ha sido un imán para el turismo de masas, y se ha enfrentado a un largo camino de recuperación para reconstruir la infraestructura turística tras la devastación causada por el ciclón Pam en 2015. Aun así, unos 65.000 visitantes se aventuraron a visitar sus 80 islas en 2022, la mayoría en vuelos desde Australia o Nueva Zelanda, aunque hay conexiones desde Fiyi y Nueva Caledonia para aventuras de isla en isla.VanuatuEn las Vanuatu hay mucho que explorar: desde excursiones a la cima de un volcán activo en el monte Yasur hasta inmersiones en las profundidades del lecho marino para explorar pecios de la Segunda Guerra Mundial, como el SS President Coolidge. La capital, Port Vila (en la foto), es un buen punto de partida para visitar museos, volcanes y el famoso litoral verde salpicado de playas de arena pálida.SamoaSiguiendo con el Pacífico Sur, las 10 islas que componen Samoa ofrecen otro pedacito de paraíso lo más alejado posible de tierra firme. Sólo cuatro de sus islas están habitadas: Upolu, Savai’i, Apolima y Manono. Upolu es la más poblada y cuenta con la mayor variedad de actividades y alojamientos, lo que la convierte en un punto de entrada fácil para los 51.000 visitantes que desembarcaron aquí en 2022.SamoaSamoa es una de las naciones más cercanas a la Línea Internacional de la Fecha y, por tanto, una de las primeras en dar la bienvenida al nuevo día, aunque a sólo 220 km de distancia, Samoa Americana es una de las últimas. De hecho, las islas se adelantaron un día en diciembre de 2011 al reajustar el calendario para alinearse con sus socios comerciales de Australia y Nueva Zelanda, lo que llevó a los habitantes de la capital, Apia (en la foto), a reunirse en torno al reloj de la ciudad para aplaudir cuando dio la medianoche.TongaPon el reloj en hora de Tonga cuando bajes del avión en el aeropuerto internacional de Fua’amotu, a media hora de la capital, Nuku’alofa, puerta de entrada a las 170 islas que componen este tranquilo archipiélago polinesio. Se dividen en tres grupos: Tongatapu, en el sur; la región central de Ha’apai; y las islas septentrionales de Vava’u, junto con algunos islotes periféricos dispersos por el mar. Dadas las distancias, no es de extrañar que solo 22.000 turistas viajaran hasta aquí en 2022, menos de la cuarta parte que antes de la pandemia.TongaTonga tiene una rica historia política, gobernada en su día por reyes que presidieron una enorme franja del territorio del Pacífico Sur, y es única entre sus naciones vecinas por el hecho de que nunca ha perdido su gobierno indígena, lo que ha dado lugar a una próspera cultura local en la actualidad. El explorador James Cook la bautizó en su día como las «Islas Amistosas», y se encuentra en la ruta migratoria de las ballenas jorobadas (que se ven mejor de julio a octubre).ButánEl minúsculo reino himalayo de Bután – que mide su riqueza nacional en función de la felicidad nacional bruta, en lugar del éxito puramente económico ha sido durante mucho tiempo un santo grial para los viajeros aventureros. Cuando se abrió al turismo por primera vez en 1974, solo 274 personas cruzaron sus fronteras, pero en 2022, la cifra había aumentado a 21.000, una cifra aún minúscula para los estándares del turismo mundial.ButánBután es el único país del mundo con emisiones de carbono negativas gracias a sus vastos bosques, que cubren el 70% de su territorio. También marca tendencia en sostenibilidad en otros aspectos, cobrando a los turistas una tasa de desarrollo sostenible – cuyo precio ha fluctuado hasta los 200 dólares (157 euros) al día, pero que se redujo a 100 dólares (79 euros) diarios en 2023 para garantizar que lugares emblemáticos como el monasterio de Paro Taktsang (Nido del Tigre, en la foto) y la Ruta Trans Bután, que atraviesa todo el país, puedan explorarse de forma responsable.Santo Tomé y PríncipeSanto Tomé y Príncipe, con dos islas, es el segundo país más pequeño de África y cuenta con un número de visitantes acorde con su tamaño: solo 15.100 en 2021, aproximadamente la mitad de sus llegadas turísticas habituales. Hay vuelos a Santo Tomé desde Portugal – país del que se independizó en 1975 y un servicio diario al aún más pequeño Príncipe. Tiene fama de ser uno de los lugares más seguros de África occidental, aunque su lejanía hace que el alojamiento y la manutención sean sorprendentemente caros.Santo Tomé y PríncipeLas islas se hallan en el golfo de Guinea, en África Occidental, y la pequeña Príncipe, junto con los islotes circundantes, es una Reserva de la Biosfera de la UNESCO, que alberga una rica variedad de plantas y fauna endémicas. Los viajeros pueden encontrar orquídeas raras, ranas de carrizo y aves de vivos colores en la selva tropical y pluvial, intercalada con montañas y picos volcánicos.Corea del NorteEl Estado más hermético del mundo ejerce una fascinación permanente sobre muchos viajeros deseosos de ver cómo es la vida tras sus puertas, a pesar de que los gobiernos occidentales, incluido el gobierno de España, desaconseja todo viaje debido a su inestabilidad política. Tras cerrarse por completo al turismo en enero de 2020, en la primavera de 2024 los turistas empezaron a volver, lo que significa que la perspectiva de volver a las cifras anteriores a la pandemia de unos 10.000 turistas al año, principalmente ciudadanos chinos, podría estar cerca.Corea del NorteQuien cruce la frontera con Corea del Norte debe hacerlo en un viaje organizado, y cabe señalar que no se permite la entrada a periodistas ni a viajeros con pasaporte estadounidense o surcoreano. La capital, Pyongyang, es la primera parada para explorar la visión del Estado sobre los acontecimientos mundiales – el Museo de la Patria Revolucionaria Victoriosa ofrece una perspectiva diferente de la Guerra de Corea, por ejemplo mientras que el Palacio Memorial Kumsusan (en la foto) es una popular peregrinación para quienes desean rendir respeto a sus antiguos líderes.KiribatiEs difícil ser más remoto que Kiribati, que se pronuncia «Kiribas», una nación insular de la región de Micronesia, en el Océano Pacífico. Sus 33 atolones e islas se sitúan a caballo entre el ecuador y el nivel del mar, por lo que son muy vulnerables al cambio climático. En 2022 solo recibieron 2.000 visitantes, principalmente en la capital, Tarawa, donde vive aproximadamente la mitad de la población, aunque los submarinistas también pueden aventurarse a explorar las aguas de las islas Christmas y Fanning.KiribatiAdemás de ser uno de los países menos visitados del mundo, Kiribati es también uno de los menos desarrollados, con diminutos atolones cubiertos de cocoteros, lo que hace del coco un alimento básico en la dieta de los isleños, junto con el fruto del pan, el pandan y el taro gigante de los pantanos. El archipiélago se divide en tres zonas principales: las islas Gilbert, las islas Fénix y las islas Line. Hasta que se modificaron los husos horarios en 1994, éstas se extendían a lo largo de la Línea Internacional de la Fecha, lo que suponía una diferencia horaria de 23 horas dentro del mismo país.NauruEl número de turistas que visitan Nauru es ínfimo: según The Telegraph, en los últimos tiempos no ha pasado de 200 personas al año, aunque las cifras son tan reducidas que resulta difícil verificarlas. No es de extrañar que pase tan desapercibido, ya que se trata de la nación insular más pequeña del mundo, con sólo 21 km2, y el tercer país más pequeño del mundo, después de la Ciudad del Vaticano y Mónaco.NauruEsta remota nación insular del Pacífico ha estado gobernada por varios países, hasta que finalmente obtuvo la independencia en 1968. La difunta Reina Isabel II es una de las pocas personas que han estado allí, ya que este miembro de la Commonwealth fue una de las paradas de su gira por el Pacífico Sur en 1982. Aunque gran parte del centro de la isla se ha visto afectado por la extracción de fosfatos, la costa sigue siendo una seductora mezcla de playas de arena blanca rodeadas de palmeras y arrecifes de coral.TuvaluOficialmente el país menos visitado del mundo, Tuvalu, una nación de nueve islas, atrae tan pocos visitantes que apenas mueve la aguja del barómetro turístico, con menos de 1.000 turistas en 2022. En su día estuvo unida a la actual Kiribati como antigua colonia británica de las islas Gilbert y Ellice, hasta que logró la independencia en 1978. Tuvalu está gravemente amenazada por la subida del nivel del mar, y se prevé que las islas bajas queden bajo el nivel de las mareas altas en 2050, lo que ha llevado al gobierno australiano a ofrecer refugio a los refugiados climáticos.TuvaluSi eres uno de los pocos viajeros que llega a las costas de Tuvalu, encontrarás una red de diminutas islas coralinas repartidas en una cadena de 676 km en el Pacífico Sur. Los visitantes pueden explorar la Zona de Conservación Marina de Funafuti, ver intrigantes lugares históricos de la Segunda Guerra Mundial, recorrer las islas en moto o presenciar ceremonias culturales tradicionales en el maneapa (ayuntamiento) local.
La mezcla única de cultura caribeña, arquitectura colonial y diversidad de flora y fauna distingue al país de cualquier otra nación sudamericana. Su atracción más conocida son las cataratas Kaieteur, la mayor caída de agua del mundo, y un buen lugar para avistar especies de aves endémicas, como el característico gallo de las rocas guayanés (en la foto). Georgetown también tiene su mérito, ya que aúna la historia británica y holandesa con un toque moderno de influencia caribeña.
Este país del Cuerno de África, a menudo olvidado, apenas figura en el radar de los aficionados más entregados al continente africano, pero, sin duda alguna, merece ser más conocido. Pocos lugares pueden presumir de ofrecer paisajes tan variados, desde lagos de cráteres volcánicos y vastos y escarpados cañones hasta burbujeantes aguas termales y chimeneas de roca caliza que salpican llanuras desoladas y de otro mundo, suficientes para atraer a unos 145.000 viajeros en 2022.
Los colones franceses fundaron la ciudad de Yibuti en 1888. Hoy en día es una capital vibrante y multicultural que muestra la mezcla de influencias africanas, árabes y asiáticas del país. Pero son los paisajes de Yibuti los que realmente destacan, como el salado lago Assal (en la foto), el punto más bajo de África y rodeado por la sombra de volcanes, y las llanuras de otro mundo del lago Abbe. Las recomendaciones de viaje aconsejan evitar la zona fronteriza con Eritrea y mantenerse alerta ante las amenazas de la delincuencia y el terrorismo cuando se viaja por Yibuti.
Este grupo de 15 islas polinesias es lo más parecido al paraíso, con mares turquesas y costas de arena blanca rodeadas de exuberantes interiores tropicales, y donde ningún hotel supera la altura del cocotero más alto. Tiene el mismo huso horario que Hawái y vínculos políticos con Nueva Zelanda, además de con otros países del Pacífico Sur. Unos 121.000 visitantes aterrizaron aquí en 2022, una cifra impresionante si se tiene en cuenta que la población de las islas es de solo 20.200 habitantes.
Rarotonga es la isla más grande del archipiélago, donde se encuentra su único aeropuerto y los picos más altos, como Te Rua Manga (en la foto). En esta isla no hay semáforos, aunque es fácil desplazarse, ya que solo hay una carretera de circunvalación y dos rutas de autobús: en el sentido de las agujas del reloj y en sentido contrario. Al igual que en la cercana Aitutaki, el alojamiento se encuentra a orillas del agua, con excursiones en barco, pesca y submarinismo en el agua, o senderismo, quads y ciclismo en el interior, además de festivales culturales como el Te Maeva Nui Festival, que celebra la independencia de las islas.
Burkina Faso, una pequeña nación sin salida al mar, atrajo a 116.000 visitantes en 2022, aunque el Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de España recomienda a los turistas que eviten el país debido a la inestabilidad política y al riesgo de secuestros. La antigua colonia francesa es conocida por exportar oro y algodón, que constituyen la mayor parte de su economía.
Este país de África occidental obtuvo la independencia en 1960 y entonces se conocía como Alto Volta, pero en 1984 cambió su nombre por el de Burkina Faso, que significa «tierra de gente honrada». Alberga numerosos lugares de interés cultural, como la Gran Mezquita de Bobo-Dioulasso (en la foto), una impresionante estructura de barro encalado con troncos que sobresalen en ángulo, y las ruinas de Loropéni, el primer lugar del país declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Aunque pueda parecer sorprendente ver a un país europeo en la lista de los menos visitados del mundo, el pequeño principado de Liechtenstein merece un puesto, ya que en 2022 solo recibió 101.000 turistas, lo que supone una mejora con respecto a años anteriores. Liechtenstein, de 161 km2, es uno de los dos únicos países del mundo sin salida al mar (el otro es Uzbekistán).
Castillos de cuento de hadas y paisajes cautivadores son los principales atractivos del pequeño Liechtenstein. La capital está vigilada por el Schloss Vaduz (en la foto), de 700 años de antigüedad, construido en su día como fortaleza para defender la ciudad y hoy residencia oficial del príncipe. Fuera de Vaduz, todo es senderismo. Hay más de 30 senderos que atraviesan las montañas y permiten contemplar en primera fila impresionantes paisajes y lagos resplandecientes.
Esta nación del Pacífico constituye la mitad oriental de la isla de Nueva Guinea – la segunda isla más grande del mundo, compartida con los estados indonesios de Papúa y Papúa Occidental junto con 600 islas mar adentro. Su remota ubicación y su terreno escarpado y selvático han atraído durante mucho tiempo a intrépidos exploradores, aunque solo 69.000 visitantes llegaron hasta estas islas en 2022. Conviene consultar las últimas advertencias de viaje antes de aventurarse demasiado lejos de los caminos trillados, ya que algunas zonas están vedadas a los turistas.
Puede que ahora sea una sola nación, pero las islas de Papúa Nueva Guinea están formadas por cientos de comunidades, culturas y costumbres distintas. En todo el país se hablan más de 800 lenguas, y entre los principales acontecimientos culturales destacan el Festival del Cocodrilo de Sepik (en la foto), que rinde tributo a los cocodrilos de agua dulce y salada que recorren estas aguas; y el Festival Cultural de Enga, que pretende preservar el poco conocido modo de vida de los Enga. No se pierda la fauna, con 38 especies de aves del paraíso y el loro más pequeño del mundo.
En las Vanuatu hay mucho que explorar: desde excursiones a la cima de un volcán activo en el monte Yasur hasta inmersiones en las profundidades del lecho marino para explorar pecios de la Segunda Guerra Mundial, como el SS President Coolidge. La capital, Port Vila (en la foto), es un buen punto de partida para visitar museos, volcanes y el famoso litoral verde salpicado de playas de arena pálida.
Siguiendo con el Pacífico Sur, las 10 islas que componen Samoa ofrecen otro pedacito de paraíso lo más alejado posible de tierra firme. Sólo cuatro de sus islas están habitadas: Upolu, Savai’i, Apolima y Manono. Upolu es la más poblada y cuenta con la mayor variedad de actividades y alojamientos, lo que la convierte en un punto de entrada fácil para los 51.000 visitantes que desembarcaron aquí en 2022.
Samoa es una de las naciones más cercanas a la Línea Internacional de la Fecha y, por tanto, una de las primeras en dar la bienvenida al nuevo día, aunque a sólo 220 km de distancia, Samoa Americana es una de las últimas. De hecho, las islas se adelantaron un día en diciembre de 2011 al reajustar el calendario para alinearse con sus socios comerciales de Australia y Nueva Zelanda, lo que llevó a los habitantes de la capital, Apia (en la foto), a reunirse en torno al reloj de la ciudad para aplaudir cuando dio la medianoche.
Pon el reloj en hora de Tonga cuando bajes del avión en el aeropuerto internacional de Fua’amotu, a media hora de la capital, Nuku’alofa, puerta de entrada a las 170 islas que componen este tranquilo archipiélago polinesio. Se dividen en tres grupos: Tongatapu, en el sur; la región central de Ha’apai; y las islas septentrionales de Vava’u, junto con algunos islotes periféricos dispersos por el mar. Dadas las distancias, no es de extrañar que solo 22.000 turistas viajaran hasta aquí en 2022, menos de la cuarta parte que antes de la pandemia.
Tonga tiene una rica historia política, gobernada en su día por reyes que presidieron una enorme franja del territorio del Pacífico Sur, y es única entre sus naciones vecinas por el hecho de que nunca ha perdido su gobierno indígena, lo que ha dado lugar a una próspera cultura local en la actualidad. El explorador James Cook la bautizó en su día como las «Islas Amistosas», y se encuentra en la ruta migratoria de las ballenas jorobadas (que se ven mejor de julio a octubre).
El minúsculo reino himalayo de Bután – que mide su riqueza nacional en función de la felicidad nacional bruta, en lugar del éxito puramente económico ha sido durante mucho tiempo un santo grial para los viajeros aventureros. Cuando se abrió al turismo por primera vez en 1974, solo 274 personas cruzaron sus fronteras, pero en 2022, la cifra había aumentado a 21.000, una cifra aún minúscula para los estándares del turismo mundial.
Bután es el único país del mundo con emisiones de carbono negativas gracias a sus vastos bosques, que cubren el 70% de su territorio. También marca tendencia en sostenibilidad en otros aspectos, cobrando a los turistas una tasa de desarrollo sostenible – cuyo precio ha fluctuado hasta los 200 dólares (157 euros) al día, pero que se redujo a 100 dólares (79 euros) diarios en 2023 para garantizar que lugares emblemáticos como el monasterio de Paro Taktsang (Nido del Tigre, en la foto) y la Ruta Trans Bután, que atraviesa todo el país, puedan explorarse de forma responsable.
Santo Tomé y Príncipe, con dos islas, es el segundo país más pequeño de África y cuenta con un número de visitantes acorde con su tamaño: solo 15.100 en 2021, aproximadamente la mitad de sus llegadas turísticas habituales. Hay vuelos a Santo Tomé desde Portugal – país del que se independizó en 1975 y un servicio diario al aún más pequeño Príncipe. Tiene fama de ser uno de los lugares más seguros de África occidental, aunque su lejanía hace que el alojamiento y la manutención sean sorprendentemente caros.
Las islas se hallan en el golfo de Guinea, en África Occidental, y la pequeña Príncipe, junto con los islotes circundantes, es una Reserva de la Biosfera de la UNESCO, que alberga una rica variedad de plantas y fauna endémicas. Los viajeros pueden encontrar orquídeas raras, ranas de carrizo y aves de vivos colores en la selva tropical y pluvial, intercalada con montañas y picos volcánicos.
El Estado más hermético del mundo ejerce una fascinación permanente sobre muchos viajeros deseosos de ver cómo es la vida tras sus puertas, a pesar de que los gobiernos occidentales, incluido el gobierno de España, desaconseja todo viaje debido a su inestabilidad política. Tras cerrarse por completo al turismo en enero de 2020, en la primavera de 2024 los turistas empezaron a volver, lo que significa que la perspectiva de volver a las cifras anteriores a la pandemia de unos 10.000 turistas al año, principalmente ciudadanos chinos, podría estar cerca.
Quien cruce la frontera con Corea del Norte debe hacerlo en un viaje organizado, y cabe señalar que no se permite la entrada a periodistas ni a viajeros con pasaporte estadounidense o surcoreano. La capital, Pyongyang, es la primera parada para explorar la visión del Estado sobre los acontecimientos mundiales – el Museo de la Patria Revolucionaria Victoriosa ofrece una perspectiva diferente de la Guerra de Corea, por ejemplo mientras que el Palacio Memorial Kumsusan (en la foto) es una popular peregrinación para quienes desean rendir respeto a sus antiguos líderes.
Es difícil ser más remoto que Kiribati, que se pronuncia «Kiribas», una nación insular de la región de Micronesia, en el Océano Pacífico. Sus 33 atolones e islas se sitúan a caballo entre el ecuador y el nivel del mar, por lo que son muy vulnerables al cambio climático. En 2022 solo recibieron 2.000 visitantes, principalmente en la capital, Tarawa, donde vive aproximadamente la mitad de la población, aunque los submarinistas también pueden aventurarse a explorar las aguas de las islas Christmas y Fanning.
Además de ser uno de los países menos visitados del mundo, Kiribati es también uno de los menos desarrollados, con diminutos atolones cubiertos de cocoteros, lo que hace del coco un alimento básico en la dieta de los isleños, junto con el fruto del pan, el pandan y el taro gigante de los pantanos. El archipiélago se divide en tres zonas principales: las islas Gilbert, las islas Fénix y las islas Line. Hasta que se modificaron los husos horarios en 1994, éstas se extendían a lo largo de la Línea Internacional de la Fecha, lo que suponía una diferencia horaria de 23 horas dentro del mismo país.
El número de turistas que visitan Nauru es ínfimo: según The Telegraph, en los últimos tiempos no ha pasado de 200 personas al año, aunque las cifras son tan reducidas que resulta difícil verificarlas. No es de extrañar que pase tan desapercibido, ya que se trata de la nación insular más pequeña del mundo, con sólo 21 km2, y el tercer país más pequeño del mundo, después de la Ciudad del Vaticano y Mónaco.
Esta remota nación insular del Pacífico ha estado gobernada por varios países, hasta que finalmente obtuvo la independencia en 1968. La difunta Reina Isabel II es una de las pocas personas que han estado allí, ya que este miembro de la Commonwealth fue una de las paradas de su gira por el Pacífico Sur en 1982. Aunque gran parte del centro de la isla se ha visto afectado por la extracción de fosfatos, la costa sigue siendo una seductora mezcla de playas de arena blanca rodeadas de palmeras y arrecifes de coral.
Oficialmente el país menos visitado del mundo, Tuvalu, una nación de nueve islas, atrae tan pocos visitantes que apenas mueve la aguja del barómetro turístico, con menos de 1.000 turistas en 2022. En su día estuvo unida a la actual Kiribati como antigua colonia británica de las islas Gilbert y Ellice, hasta que logró la independencia en 1978. Tuvalu está gravemente amenazada por la subida del nivel del mar, y se prevé que las islas bajas queden bajo el nivel de las mareas altas en 2050, lo que ha llevado al gobierno australiano a ofrecer refugio a los refugiados climáticos.
Si eres uno de los pocos viajeros que llega a las costas de Tuvalu, encontrarás una red de diminutas islas coralinas repartidas en una cadena de 676 km en el Pacífico Sur. Los visitantes pueden explorar la Zona de Conservación Marina de Funafuti, ver intrigantes lugares históricos de la Segunda Guerra Mundial, recorrer las islas en moto o presenciar ceremonias culturales tradicionales en el maneapa (ayuntamiento) local.